lunes, 24 de septiembre de 2012


Modos de enfermar


Las infinitas formas de enfermar de estos tiempos, se deben, en parte, a las crecientemente complejas formas de representar al cuerpo con sus componentes y funciones, mediante el lenguaje de la ciencia. Este discurso amplía el espectro psíquico de opciones para psicosomatizar anomalías o enfermedades.
Según Gonzalo Garay, el “fenómeno psicosomático”, está vinculado al saber científico predominante en la cultura donde el mencionado fenómeno se produce.


Durante la antigüedad, en el contexto de difundidas creencias sobre magia y animismo, la enfermedad estaba asociada al mal, incluso hasta con la posesión demoníaca. Esto último, por lo general, se atribuía a las enfermedades mentales.
Ahora, frente al gran avance del saber científico, la enfermedad se vincula a la simbología soporte que dicho saber produce, mediante sus investigaciones, observaciones y conceptualizaciones.
Las condiciones psico-sociales, en que influye más la genética son:
• Un marco de homogeneización cultural; ya que si hipotéticamente fuésemos todos iguales psicológicamente, se resaltarían al máximo las diferencias genéticas como único diferenciador.
• El stress de la vida moderna como umbral que agota el margen para la salud, deja al individuo más al acecho de lo genético. Aunque se mantiene la diversidad genética de los individuos.
• El “efecto de la nominación”, contribuye a que el discurso tecno-científico estandarice ciertos efectos con respecto a determinadas conductas. Por ejemplo, el cáncer de pulmón para el fumador.
Entonces, obtendríamos así, que a las predisposiciones genéticas para con determinadas dolencias, disfunciones y enfermedades, habría que sumarle el efecto de la nominación, dicho de otro modo: “el efecto simbólico supuesto” que genera la difusión del saber de la ciencia.

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