martes, 25 de septiembre de 2012


Modelo maléfico de la enfermedad
La enfermedad ha sido inscrita en la lógica de  un mal absoluto, integralmente negativizada por un proceso de reducción semiológica que la vincula a lo dañino, a lo indeseable, a la anormalidad, o anomalía que debe ser evitada por las medidas de educación o prevención de la salud.  Para los individuos, la enfermedad no es tan solo una desviación biológica, sino también una desviación social  que se expresa por un sentimiento de exclusión  o desvalorización social. Socialmente la enfermedad se vive como un absurdo, que no sirve a nadie
La enfermedad benéfica
La interpretación de la enfermedad  como portando sino un valor, por lo menos un sentido, puesta que ella es vivida como un mensaje a escuchar, restauración de un equilibrio perdido. La enfermedad vivida como gratificación, ya sea como aporte del individua al avance de la ciencia en el caso del portador de una enfermedad rara o desconocida.
Modelos terapéuticos
A la sistematización etiológicas de las enfermedades se corresponde a un conjunto de estrategias terapéuticas, que en las formas de polaridades contrastadas dan cuenta de los discursos culturales de los enfrentamientos a la enfermedad.  
Modelo alopático
Son terapias agresivas  que responden a la idea de génesis de la enfermedad  por penetración de algo externo con una contra-agresión.
Modelo homeopático
Reconoce un doble principio de acción: el principio de la similitud  y el principio de lo infinitesimal, es decir, se cura la enfermedad en base a lo mismo que a causa en dosis pequeñas.
Modelo sustractivo
La medicina moderna privilegia ampliamente el modelo curativo sustractivo de la enfermedad, basta recordar  la extensa práctica de la sangría,  los lavados para aclarar la sangre demasiado espesa causante de los males cardiovasculares.
Modelo aditivo de la curación
Las representaciones de este modelo las podemos encontrar en una variedad de prácticas médicas contemporáneas  que agregan algo al organismo; como son alimentación y vitaminas que refuerzan, trasplantes de órganos que sustituyen una función orgánica deteriorada. En el campo cultural religioso  se encuentran todas las prácticas  que buscan un agregado de poder para enfrentar las contingencias de la enfermedad, es decir un sustituto simbólico del poder de una divinidad para conjugar el mal como podría ocurrir con los talismanes.

Modelo edorsistico
En este modelo se basa en la noción de un estado patológico que culturalmente en occidente es considerado como un mal, en otros campos representan un bien. En vez de ser rechazada la enfermedad es, por el contrario saludada como un nivel superior de existencia, siéndoles reconocidas propiedades terapéuticas.
Modelos exorcisticos   
En este modelo, el terapeuta es un combatiente comprometido con una verdadera guerra contra la enfermedad. La lucha contra el mal y la gran profusión de metáforas militares es sin duda lo característico de esta aproximación, por  lo demás dominante en nuestra cultura médica.

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